jueves, 27 de septiembre de 2012



Fui al matadero para observar lo que llamaban «matanza eléctrica», y vi


que fijaban grandes tenazas metálicas en las sienes de los cerdos, cuyos extremos

estaban conectados a una corriente eléctrica de 125 voltios. En

cuanto los cerdos tocaban las tenazas, caían inconscientes, se ponían rígidos

y al cabo de unos segundos empezaban a convulsionarse como hacían

nuestros perros cobayas. Durante este período de inconsciencia (coma epiléptico)

el carnicero mataba y sangraba a los animales sin dificultad alguna.

UGO CERLETTI, psiquiatra, acerca de su «invención»

de la terapia de electroshock, en 1954.

ENLACE AL TEXTO:

http://salonkritik.net/06-07/ADNFIL20071026_0018.pdf